Cuestionan a alcalde de Matamoros sobre relación con Yarrington

Aunque la dinámica de la rueda de prensa de inicio de semana del alcalde Alfonso Sánchez Garza, era tocar el tema de la instalación de la viga central del puente ferroviario de Brownsville a Matamoros, alguien de los presentes fue severo como quien acusa con conocimiento de causa y preguntó al edil sobre su relación con Tomás Yarrington y si en alguna ocasión se hicieron favores. Todo esto inició a las once de la mañana, hora en que el departamento de comunicación social había citado en general a los diversos medios de comunicación de esta ciudad fronteriza.

Al lugar llegó puntual el alcalde y los invitados especiales, para enseguida abordar el tema de la exposición pictórica de Juan Soriano que estará en el Museo de Arte Contemporáneo, pero además de los eventos que tendrán verificativo en el Teatro de al Reforma por motivo del Festival de Otoño.

Después de abordar todos los temas se escuchó el cuestionamiento de uno de los presentes preguntando sobre la relación comercial y política del alcalde con Tomás Yarrington Ruvalcaba.

Mira, Tomás Yarrington es un personaje de la política de Matamoros y de Tamaulipas, inició el festival de otoño, dio a conocer nuestro estado, lo demás, yo creo que hay autoridades correspondientes quienes tendrán que ver lo que es su situación y que ya lo están haciendo y hay que dejar que lo hagan”, respondió Sánchez Garza.

¿Le debe usted un favor a Tomas Yarrington?; rectificaba la pregunta el comunicador.

“No, ninguno, es una persona con la que he trabajado, trabaje con él en los últimos meses de años pasados, que fue cuando tuve más oportunidad de estar trabajando con el, intercambiando opiniones, un hombre que la verdad tiene mucha experiencia, nos relacionamos más por la actividad de las motos, que era una actividad que él conocía, y al igual que con otras muchas personas tuve la oportunidad de convivir con él”, volvió a responder el alcalde haciendo uso de su ecuanimidad para no caer en el juego de preguntas y respuestas.

Por: Enrique Chávez