“Tlatelolco, Verano del 68” llega al cine

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“Tlatelolco, Verano del 68” llega al cine

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Luego de numerosos retrasos, la cinta que estaba lista desde hace tres años, por fin llega a las salas de cine mexicanas este fin de semana

Tlatelolco_Verano-del-68Sus muertos siguen en el closet”, declaró el cineasta mexicano Carlos Bolado en entrevista reciente con el diario español El País, al cuestionársele sobre si el gobierno del Partido Revolucionario Institucional (PRI) que regresaba a la presidencia de México con Enrique Peña Nieto, traería de vuelta las viejas costumbres que tan devastadoras consecuencias trajeron al país. El cineasta usa su cine como arma de protesta, y para ejemplos bastan su cinta del año pasado “Colosio: El Asesinato” y ahora “Tlatelolco, Verano del 68”, dos películas que tocan acontecimientos importantes recientes en la historia del país.

Tanto la muerte del candidato a la presidencia Luis Donaldo Colosio, como la matanza de estudiantes de 1968, abarcan parte de la red de corrupción que ha gobernado a México bajo el nombre del PRI. Bolado está consciente de eso y es por ello que estrenó su cinta “Colosio”, con la plena intención de influir en la campaña electoral del año pasado. Y, “Tlatelolco, Verano del 68”, tuvo un camino más difícil para llegar a la pantalla grande, y  este fin de semana llega a las salas del país.

Ajuste de cuentas

A pesar de los retrasos, todo hace indicar que el país por fin podrá apreciar la visión de Bolado sobre los eventos sucedidos en La Plaza de las Tres Culturas el dos de octubre de 1968. El director busca “ajustar cuentas”, según declaró a El País, pues el efecto perjudicial del PRI en el país debe evidenciarse, y es por ello que estos han sido los temas en común de sus últimos dos largometrajes.

“Creo que todos tenemos cuentas que ajustar con el PRI. Durante décadas la historia de este país ha sido escamoteada por ese partido, escondida. Cuando yo era pequeño la historia de México acababa con la Revolución. Pero algunos de sus héroes, Villa, Carranza, Zapata, Obregón fueron asesinados y, aunque se mataron entre ellos, como todos estaban en el panteón de héroes nadie se cuestionaba nada. En el caso Colosio, la investigación del fiscal concluyó que el asesinato era obra de un hombre aislado. Pero si uno se lee el informe entero, llega a otra conclusión. Sigue habiendo cadáveres en los clósets”, declaró el cineasta al diario español.

Su nueva película cuenta el romance entre dos jóvenes universitarios, de estratos sociales opuestos, Ana María, una joven de la Ibero y Felix, un muchacho de la UNAM. Ambos se enamoran en medio del revuelo de manifestaciones de estudiantes y las Olimpiadas del 68, lo que enturbiará su historia con acontecimientos violentos e implicaciones sociales culminando en la Matanza de Tlatelolco, y cambiando el rumbo del país para siempre. Los protagónicos son interpretados por los actores Christian Vázquez y Cassandra Ciangherotti. El primero, quien interpreta a un joven idealista, expresó en entrevista con Notimex que espera que la película cree conciencia.

Retratando al presidente

La visión del director sobre su cinta, va un poco más allá de crear conciencia en los mexicanos, pues como platicó a El País, aún se podría procesar a Luis Echeverría, en ese entonces secretario de gobernación: “creo que él organizó las primeras protestas con provocadores pagados, para desprestigiar a su rival en la carrera presidencial, el entonces alcalde de la Ciudad de México, Alfonso Corona del Rosal. La orden directa de reprimir a los estudiantes la dio el presidente, Gustavo Díaz Ordaz, pero Echeverría forzó la situación para luego presentarse como salvador. Venían los Juegos Olímpicos y nos presentábamos al mundo como un gran país. Los estudiantes no podían echar a perder la fiesta”.

El encargado de representar al presidente Díaz Ordaz en la cinta, fue el actor Roberto Sosa, quien ayudado de un buen trabajo de maquillaje logró caracterizarse con un gran parecido físico al ex-presidente de México. Sin embargo, su interpretación no se limitó a lo físico, pues aunque la cinta no se centra en él, el actor explicó en el 2010, en plática con El Universal, que intentó entender a Díaz Ordaz como actor, antes que juzgarlo como persona.

“En son de broma digo que tanto en la vida como en la actuación, siempre hay alguien que debe hacer el trabajo sucio (risas). Efectivamente, es complejo interpretar a un personaje que queda mal parado en la historia del país, por una serie de decisiones y manchas oscuras que tuvo, pero no puedo interpretar a un personaje así, sino desde el lado humano. No podemos olvidar que fue un tipo que hizo otras cosas por el país (…) Como Roberto Sosa tengo una opinión determinada, que obviamente no puede estar de acuerdo con un genocidio. La visión cambió en el sentido de que leer lo que hizo reiteró mi idea de que en la vida no somos buenos-buenos ni malos-malos, somos complejos, la verdad”, expresó el actor sobre su personaje.

Para Bolado, no hay ningún problema en que dentro del contexto tan importante como lo es 1968 para el país, se encuentre la historia de amor de sus protagonistas, sino que, al contrario, tiene un significado profundo, como lo explicó a El País: “A mí me gusta ver cómo la microhistoria se mezcla con la historia general, el tema del individuo que se ve afectado por sucesos que no sabe que están pasando”.

[Vanguardia]