Iron Man 3: La fórmula infalible

La entrega del popular superhéroe cumple con todo lo que su público espera,  sin tomar ningún riesgo que ponga en peligro su éxito

iron man¿Qué espera el público al entrar a ver una película de superhéroes? ¿Acción, diversión, risas, emoción? La combinación de estos elementos probablemente sea el secreto del éxito de las cintas de Marvel Studios, que desde el 2008 con “Iron Man”, hasta reunir a todos sus superhéroes en la taquillera “The Avengers” (2012), han maravillado a las audiencias del mundo. Tras aquellos descomunales triunfos, el público esperaba con ansias la nueva aparición del carismático y sarcástico Tony Stark (Robert Downey Jr.), que llega a los cines este año con su tercera participación solista en la pantalla grande.

El cariño de los mexicanos ya colocó a “Iron Man 3” en la cima de la taquilla durante su fin de semana de estreno, con más de 207 millones de pesos recaudados. Los ejecutivos de Marvel Studios no podrán más que sonreír ante tal resultado, que no debe ser ninguna sorpresa para ellos. Y es que, ¿por qué tendrían que arriesgarse? Si tienen en sus manos una exitosa franquicia que abarrota los cines del mundo y les reditúa con creces en taquilla, ¿para qué correr el riesgo de decepcionar a un público ya cautivo?

La primera película post-“Avengers” nos lleva a explorar la vida del multimillonario, quien traumatizado por los eventos con sus compañeros héroes, padece de ataques de ansiedad que le impiden llevar una rutina tranquila y feliz con su novia Pepper Potts (Gwyneth Paltrow). Es por ello que lo toman por sorpresa los ataques de un terrorista llamado El Mandarín (Ben Kingsley), así como la aparición de una sombra de su pasado, Aldrich Killian (Guy Pearce), alguna vez un nerd ambicioso y rechazado por Stark, y hoy un exitoso empresario creador del inverosímil virus Extremis (cómo funciona y para qué sirve exactamente nunca se explica con claridad).

Aquí encontramos a Stark, quien a pesar de su experiencia traumática no pierde su ácido humor, ni su sarcástico encanto. La película ahora sustituye la dirección de Jon Favreau (quien dirigió las dos cintas previas), por la de Shane Black (guionista de “Lethal Weapon”), cuya predilección por la acción estrafalaria se puede apreciar muy bien en este su segundo trabajo como director. La elección de Black al mando de esta cinta deberá garantizar el hecho de que la séptima película del Universo Cinematográfico de Marvel (desde “Iron Man” a “The Avengers”), cumpla con las expectativas de su público.

Vivimos en una época donde las adaptaciones de comics al cine son una mina de oro y aunque ha habido alguno que otro intento fallido, Marvel ha salido triunfal con casi todas sus cintas. El público no debe equivocarse, pues aunque los avances de “Iron Man 3” nos mostraban a un Tony Stark derrotado, en una atmósfera más sombría y devastadora, esta nueva película es todo menos oscura. “Iron Man 3” está plagada de un humor tan marcado que a momentos pareciera tratarse de una comedia; el drama es ligero y superficial y la historia se desarrolla de forma desinteresada bajo el único propósito de divertir a su público, lo cual cumple con creces.

El cine de superhéroes también vive en la época post-“The Dark Knight” (la exitosa y oscura trilogía de Batman dirigida por Christopher Nolan), lo que nos hace pensar, en momentos, en superhéroes adaptados a nuestro mundo, es decir, con un tono más realista y menos fantástico. Como Marvel lo ha demostrado, ellos no podrían estar más alejados de aquella atmósfera. Sus superhéroes abrazan lo fantástico de sus primicias y se regodean en un entretenimiento familiar, que no pretende en ningún momento tratar dramas serios ni profundos. La psicología de un Tony Stark traumatizado por una experiencia cercana a la muerte, no será explorada en “Iron Man 3”, más que de una manera superflua.

El primer acto de esta película nos muestra a villanos siniestros y centrados, que parecen representar una verdadera amenaza, así como un ambiente realista donde el mundo comienza a adaptarse a la presencia de superhéroes, incluso cambiando a War Machine (Don Cheadle) en un Iron Patriot que sirve al ejército estadounidense. Las nuevas amenazas, el trauma de Tony y la destrucción de su casa, forman un excelente primer acto que, sin embargo, momentos después da un giro hacia lo convencional. La primera parte de la película parece mostrar algo diferente, atractivo y atrapante, sin embargo, conforme avanza, la cinta demuestra ser más de lo mismo.

Los enemigos son personajes poco explorados, a pesar de que El Mandarín en el mundo del comic, vendría siendo para Iron Man lo que el Guasón para Batman. Así mismo, los problemas emocionales del superhéroe se ven sepultados bajo un enorme despliegue de acción y efectos especiales, así como un humor que no pierde tiempo cuando se trata de hacer chistes bajo cualquier circunstancia. “Iron Man 3” nos muestra la misma fórmula que tanto éxito le ha traído y cumple con su objetivo. Tony Stark sigue siendo estrafalario y gracioso, y la comodidad que tiene ya Robert Downey Jr. con su personaje, garantizan un par de risas bastante legítimas.

La película es divertida, como pretende serlo, pero poco emocionante. Es inevitable sentir una pequeña frustración, ante la falta de ese sentimiento de aventura que hizo divertidas a sus cintas pasadas, sobre todo por guiones dinámicos que combinan acción y humor con mucho éxito. ¿Pero hasta cuándo se puede ver esta misma fórmula repetirse con el mismo éxito? “Iron Man 3” funciona como lo que es, y si se quiere disfrutar de la película hace falta no tener ninguna expectativa y simplemente verla del modo más superficial. No se espere una trama profunda, ni diferente a lo que hemos visto antes.

Los desatinos humorísticos del guión, que pudieran parecer ridículos y exagerados para algunas personas, son parte de la naturaleza de una cinta que sólo busca divertir a un público familiar. “Iron Man 3” prefiere repetir la misma fórmula que arriesgarse, pues si la cinta no cumpliera con su buena dosis de humor y acción, pudiera o bien convertirse en un fracaso taquillero o dar un renovado giro que reviva la frescura por estos superhéroes. Era un tiro de moneda al aire que los responsables de la franquicia prefirieron no apostar. Es más fácil un éxito asegurado, que un riesgo atractivo.

[Vanguardia]