Seis gemelos buscan a sus hermanos robados

En España, sospechan que las monjas que atendían diversos hospitales habría separado a cientos de hermanos gemelos. A continuación el testimonio de 6 personas que buscan su «gemelo perdido».

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Andrés Cepas, de 28 años de edad, nunca conoció a su hermano gemelo

Las personas que presentaremos a continuación son un grupo muy particular. Todas descubrieron por medio de pruebas de ADN y otras investigaciones, que el gemelo que creyeron muerto, podría estar vivo. La mayoría fueron víctimas de médicos sin escrúpulos, monjas megalómanas y otros criminales. Piensan que su «otro yo» fue robado para ser vendido o entregado a otras familias.

Andrés Cepas

Nació el 17 de septiembre de 1985 en el Hospital Provincial de Córdoba. Luego de no recibir apoyo de las autoridades para investigar el caso de su gemelo «José Ignacio», él decidió exhumar los supuestos restos mortales de su hermano. Tras realizar pruebas de ADN, se enteró que a quién había estado llorando durante 28 años no era su gemelo.

Según indican, la monja María Gómez Valbuena habría robado al gemelo recién nacido. La hermana de Andrés, María José, dice que fue testigo de ese trágico momento. La monja les dijo que el gemelo de Andrés había muerto y les entregó el cadáver de otra niña. Con su madre convaleciente, María José, que en ese entonces tenía 10 años de edad, y su abuela, no se percataron que sepultaban a un niño que no pertenecía a su familia.

Sor María Gómez Valbuena, fue investigada por estar involucrada en el robo de varios niños, pero murió sin ser castigada.

Anabel Rodríguez

Anabel nació hace 40 años, en el Hospital Clínico de Granada. Su gemela y ella nacieron vivas, luego la bebé más grande habría muerto, nadie sabe las causas reales. El reporte médico indica «insuficiencia respiratoria», pero es un documento fechado 10 años antes del nacimiento de Anabel y su gemela.

El hospital pagó el entierro de la gemela de Anabel, en una cripta propiedad de una congregación de monjas (al que no tendrían posibilidad de acceder nunca más), así mismo, nunca dejaron que la familia viera el cadáver; todo le parece ahora muy sospechoso a la adulta Anabel, quien sospecha que su gemela vive.

Anabel teme que su hermana haya sido víctima de esta «red de monjas robachicos».

Carmen Torres

Carmen nació en el Hospital Provincial de Madrid el 24 de enero de 1968. El día del parto, la madre de Carmen fue tratada con crueldad por las monjas que atendían en ese hospital, quienes no se habían dado cuenta que tendría gemelas: «¿Qué te crees?¿que eres una coneja? deja de empujar ya, que te vas a desangrar», le gritó una de las monjas; luego nacería Carmen y Susana.

Luego de que ambas bebés pasaron el fin de semana en la habitación de su madre, Carmen cuenta:

«Con 16 días les comunicaron a mis padres que mi hermana había fallecido, que le habían practicado la autopsia y que gracias al resultado me habían salvado a mí. Mis padres nos habían visto bien 12 horas antes. ¿Pudieron hacer tantas cosas en tan poco tiempo? Además, no existe ningún parte de incubadoras, ni de autopsia, ni licencia de enterramiento y mi hermana no aparece en ningún cementerio».

Ainhoa Yela Ares

Ainhoa nació el 7 de noviembre de 1980 en la maternidad de Santa Cristina, Madrid. La madre de Ainhoa tenía apenas 19 años de edad cuando dio a luz un par de gemelas, mientras su esposo se encontraba haciendo el servicio militar (la «mili»).

«El médico dijo que todo iba bien, se oían los dos corazones. En una hora y poco salieron las dos. A la primera me la pusieron encima y oí llorar a la segunda. Entonces, un médico me dijo que la primera no estaba bien, que estaba un poco malita y se la llevaron. No volví a verla. Al día siguiente entró Sor María en la habitación y le pregunté por mi niña. Me contestó muy seca: ‘¡ahí la tienes!’. Le contesté que quería ver a la otra. Ella, sin volverse, dijo: ‘No te preocupes, tú puedes tener más'».

en esta historia también aparece Sor María Gómez Valbuena, quien según Anabel, debió «pensar que porque dejaban un crío con sus padres, ya tenían consuelo, pero a nuestras madres les quitaron no la mitad, sino toda la alegría de la vida». La madre de Anabel confiesa que tiene otros 6 hijos pero siempre piensa en su nena perdida.

Alberto Cuerva

Alberto nació el 4 de julio de 1989 en el Hospital Provincial de Madrid. Su madre, que como Alberto, estaban seguros que su gemelo no murió, presentó una denuncia en el año 2000, 10 años antes de la primer denuncia colectiva sobre niños robados en España.

«Me hicieron una cesárea a toda prisa. Eran las ocho menos 20 de la mañana y yo les oía decir, ‘daos prisa, antes de que vengan los otros’, por el siguiente turno, supongo. Mi marido tuvo que llamar a la policía para ver el cadáver. Pero se lo enseñaron de lejos», relata Marisol, madre de Alberto y su gemelo perdido.

Muchos conocidos de Alberto, afirman haberlo visto en lugares y momentos en los que él nunca ha estado. Incluso su novia lo confundió con un hombre que llegó a la gasolinera donde trabaja.

El joven siempre ha sentido que «algo le falta», aunque reconoce que no tiene pruebas científicas, dice que siente un presentimiento de que su gemelo vive y anda por ahí. Su madre está desesperada y reza todos los días para encontrar a su hijo perdido.

Gema Sánchez

Gema nació el 17 de septiembre de 1984 en el Hospital de la Virgen de la Salud, Toledo. Ella ya va más avanzada en su búsqueda, está esperando los resultados de unas pruebas de ADN que se hizo con una joven del norte de España con la que guarda gran parecido.

Carmen, la mamá de Gema, dice que no sabía que estaba embarazada de gemelas, cuando dio a luz dijeron: «Una viene viva y la otra muerta«. Entonces se enteró que había tenido dos hijas pero una de ellas supuestamente habría muerto.

El informe médico sobre el supuesto fallecimiento de la gemela de Gema causa muchas sospechas pues se establecen varias causas de muerte y otras incongruencias, que según los expertos, podrían esconder un caso de robo de niño.

Ahora, Gema espera los resultados de ADN con la que espera sea su hermana gemela: «Tenemos muchas cosas en común, pero no me hago ilusiones».

[El Mundo]