En 2003, cuando Bob Carey se enteró que su esposa tenía cáncer de mamá las cosas se veían muy «negras», pero el hombre no se dejo derrotar y coloreó de rosa la vida de su amada mujer Linda.
Bob, que es fotógrafo profesional, tomó un tutú rosa y se lo puso para hacer reír a su mujer durante el proceso de quimioterapias. Luego, el abnegado esposo comenzó a tomarse fotos a sí mismo con el tutú rosado como una forma de enfrentar esta tremenda prueba de vida:
«Después de que a Linda le diagnosticaran cáncer de mama empecé la autoterapia. Me puse un tutú, salí a la calle y empecé a fotografiarme».
En el hospital donde se atendía Linda, la pareja compartió las fotos con otros pacientes para que se animaran. «Me hace reír, me ayuda a mantener una mente positiva«, comenta Linda. El éxito de su positiva idea fue tal, que decidieron comenzar una campaña para apoyar a quienes han sido atacados por este terrible mal.
El proyecto es una serie de viajes de Bob tomándose fotos con el tutú rosa por todo el mundo, han publicado un libro con las fotos llamado «Libro de una bailarina», del cual llevan 3 mil ejemplares vendidos. Todo el dinero va directo a la Fundación Carey.
A continuación las capturas de Bob, «la bailarina por amor», y hasta abajo un video que muestra un poco de lo que trata su proyecto:
[SDP Noticias]