Anderson murió apaciblemente mientras dormía en un asilo cerca de Oxfordshire, después de que le diagnosticaran demencia hace dos años
Gerry Anderson, un titiritero precursor, creador de la exitosa serie de ciencia ficción «Thunderbirds», ha muerto. Tenía 83 años.
Su hijo Jamie dijo que Anderson murió apaciblemente mientras dormía el miércoles en un asilo cerca de Oxfordshire, Inglaterra, después de que le diagnosticaran demencia hace dos años.
Su salud había empeorado gravemente en los últimos seis meses, agregó su hijo.
La carrera de Anderson en televisión comenzó en la década de 1950. Los «Thunderbirds», emitidos durante la década de 1960, se quedaron en la mente de generaciones. Anderson también introdujo la técnica de marionetas «supermarionation», que usa alambres delgados para controlarlas y acercó la ciencia ficción al gusto popular.
«Cambió para siempre el rumbo del espectáculo de ciencia ficción», dijo Jamie a Associated Press. «Muchas animaciones y películas que se han hecho en los últimos 20 o 30 años estuvieron inspiradas en el trabajo que hizo«.
Jamie señaló que el programa de televisión era quizá el logro como productor que más enorgullecía a su padre, así como el gusto por sus producciones, que también incluían «Stingray» y «Space: 1999″, el cual entretuvo a varias generaciones.
«La mayoría de la gente conoce algún aspecto de sus programas y eso es algo que no muchos productores de televisión pueden decir».
Jamie señaló que su padre abrió caminos con las marionetas de «Thunderbirds», pero que probó nuevas técnicas como las imágenes generadas por computadora, en sus últimos años con proyectos como «New Captain Scarlet» de 2005, la nueva versión de su animación para la televisión de 1967.
Anderson también trabajó como consultor para la versión de Hollywood de su serie de 1969 «UFO».
«Era todo un perfeccionista y nunca estaba contento con los resultados finales, aunque quizá sí le satisfacían las reacciones», dijo Jamie al describir cómo se involucraba su padre en cada aspecto de la producción. «No era alguien que se sentaba en una silla a gritarle a otros, lograba unir grandes equipos y con ellos produjo con una gran inteligencia algunas verdaderas joyas»
En los últimos años Anderson y su hijo habían apoyado ampliamente a la Sociedad Británica del Alzheimer.
Jeremy Hughes, director ejecutivo de la sociedad, dijo que Anderson asistía incansablemente a los actos para recaudar fondos para encontrar la cura de la enfermedad.
«Estaba determinado, a pesar de su propio diagnóstico reciente, a pasar el último año de su vida expresándose por los pacientes con demencia para asegurar que sus voces fueran escuchadas y su vida mejorara», dijo Hughes.
A Anderson le sobreviven su esposa Mary y otros tres hijos.
[Milenio]