Apretó el puño derecho y desgarró su voz, mientras Christian Benítez celebraba el gol que selló la victoria del América (2-0).

Rubens Sambueza abrió el marcador

Francisco Javier Rodríguez cumplió la primera de las fantasías que concibió tras adherir a su piel la casaca azulcrema. Unos cuantos segundos le alcanzaron para ser factor… Y sepultar la nueva polémica en torno a las Águilas.

Soñada presentación del rimbombante fichaje americanista. No jugaba en el balompié mexicano desde el 17 de mayo de 2008. Dejó al Guadalajara en medio de dudas por su capacidad para militar en un clun europeo. Regresó como capitán de la Selección Mexicana, con el peso de los deseos amarillos en su espalda.

Aprobó el test inicial gracias a aquel cabezazo que le permitió superar al nervioso Édgar Hernández y el zurdazo que, tras el rebote en el meta chiapaneco, dejó al Chucho frente a la portería (67’).

El resto fue mero trámite para el depredador ecuatoriano, quien se abrazó efusivamente con el Maza antes de que el juego se reanudara.

Anotación catártica. Los Jaguares perdieron todo, hasta las ganas de protestar por el inverosímil error arbitral que significó el primer tanto. Nueva victoria del América, pero con mácula, cortesía del silbante Jorge Pérez y su asistente Hugo Bonilla.

Benítez estaba en fuera de juego cuando Raúl Jiménez prolongó aquel balón cerca del ecuador de la cancha. El línea levantó su estandarte, pero el central ordenó que siguiera el juego… Muy tarde para los felinos, quienes perdieron valiosos segundos, esos que fueron aprovechados por Rubens Sambueza para abrir el marcador (58’).

Sólido mazazo para un equipo al que le había costado mucho competir. No le quedaba de otra más que conformarse con la igualdad sin goles.

Continuaba en el juego debido a la poca contundencia que aqueja a los visitantes, enfermedad que hizo todavía más desesperante la soledad del palco para Miguel Herrera. El Piojo es un perfeccionista. Pocas veces se le observa realmente satisfecho… Ni siquiera en el umbral de la historia.

Las Águilas no ganaban los primeros dos juegos de un torneo desde el Apertura 2002. Aquella vez, con Mario Carrillo como estratega, el Guadalajara (1-0) y el San Luis (2-1) fueron las víctimas.

Dorado capítulo emulado por un plantel armado para alcanzar la anhelada undécima estrella.

Objetivo que enamoró al Maza, gigante que necesitó unos cuantos segundos para reafirmar que su pasado chiva es anécdota. Está convertido en el principal motor de las ilusiones americanistas.

[Central Deportiva]