Inicio triunfal de la Sub20

Su nombre ha estado ligado a los éxitos tricolores durante los más recientes meses, pero hasta ayer se trataba de un simple capricho del destino. Jesús Corona, el otro, el pícaro atacante Sub-20, demostró que esa combinación también puede representar goles

Homónimo del guardameta y capitán en la Selección Mexicana que obtuvo la medalla de oro en los Juegos Olímpicos Londres 2012, demostró por qué Sergio Almaguer le considera pieza clave en el representativo juvenil. Su habilidad y contundencia abrieron las puertas de la victoria frente al impetuoso, pero limitado, equipo de Curazao (3-0).

Sub_20_México

Dulce presentación del anfitrión en el Premundial Sub-20 de la Concacaf. Los caribeños apostaron a resistir y desesperar a los chicos vestidos de negro. Les alcanzó para 21 minutos… Hasta que el “Tecatito” firmó una gran jugada elaborada por Marco Bueno.

Para entonces, el arquero curazaleño Zeus de la Paz ya era figura. Más allá de que recorrió tres veces el amargo camino para sacar el balón de su portería, hizo cuatro importantes lances durante el primer cuarto de hora. Enseñó que militar en las fuerzas básicas del PSV Eindhoven holandés no es casualidad.

Quedó desarmado frente a la definición del desequilibrante chico sonorense, habilitado como delantero, pese a que en el Monterrey suele desempeñarse como volante. Pareja ideal para Bueno en el ataque. Pertenecen a dos generaciones distintas. Jugaron como si fueran dupla desde hace años.

El “Niño Torres Mexicano” fue uno de los cuatro campeones del mundo Sub-17 que integraron la alineación. Los zagueros Antonio Briseño y Francisco Flores, además del meta Richard Sánchez, también arrancaron el selectivo. Incluso, el “Pollo” utilizó el gafete de capitán, tal como lo hacía en aquel histórico combinado dirigido por Raúl Gutiérrez.

Al que estos chicos desean emular. Guiados por Corona, quien volvió a presumir su olfato goleador tras un gran servicio del volante Uvaldo Luna (35’). Bueno cerró dos mágicos minutos al empujar el balón que le acomodó Jesús Escoboza.

Lo demás fue control de partido, salpicado por algunos chispazos que acentuaron el delirio de los casi 35 mil aficionados presentes en el estadio Cuauhtémoc. La idea de regalar los boletos fue un éxito. Cuando el primer tiempo apenas había cruzado su ecuador, la entrada ya era buena. Se volvió estupenda al abrir las puertas para cualquiera, sin importar que no tuviera “ticket”.

Fiesta perfecta para el arranque en el Premundial, más allá del intenso frío. El Tricolor calentó la velada con su futbol, sobre todo el de la primera mitad, cuando el arquero Sánchez lucía como un espectador más.

Mostró que las gélidas ráfagas de viento no lo congelaron al realizar tres atajadas en las que presumió su plasticidad. El delantero Riginio Cicilia sacó provecho de la tranquilidad que invadió a Briseño y Abel Fuentes, su socio en la zona central de la defensa. Un par de gritos por parte de Almaguer bastaron para ajustar.

Prueba inicial superada. No con la holgura que se esperaba, aunque tampoco sin pisar el acelerador. La picardía y contundencia del otro Jesús Corona fueron suficientes.

Sí, combinación de nombre y apellido que parece destinada a otorgar satisfacciones con el uniforme de la Selección Mexicana, pero el “Tecatito” dejó claro que también puede arrancar profundos gritos de gol.

[Central Deportiva]