Brindis Rayado en Copa por su cliente felino

Monterrey brindó en la Copa a costa de su acérrimo rival. Tigres tenía a los Rayados en un puño, pero luego de un 2-0 y un baile en el campo, La Pandilla se repuso hasta empatar sobre la hora y después eliminarlos desde los once pasos para así mantener la hegemonía en los Clásicos históricos.

El certamen copero tomó vida en la cancha del Tec, con un Monterrey que sacó los tamaños en los momentos de apremio, y que suplió con carácter la pérdida de estilo que vive bajo el mando de «Profe» Cruz, para instalarse a un paso de disputar el título de la Copa MX.

34-0

Rayados celebra al finalizar el encuentro

Un gol de Madrigal con colaboración de Suazo al minuto 92’ fue suficiente para echar por tierra la obra maestra felina, y enfilar a una definición de penales donde los Rayados fueron letales y los felinos presa fácil. Ibarra detuvo el primer penal a Francisco Torres, y después Viniegra falló el cuarto, para sentenciar una noche donde el llanto y la tristeza volvieron a vestir de amarillo y azul.

Monterrey suma así otra afrenta ante su acérrimo rival, pudiendo presumir que le gana a Tigres los Clásicos importantes, esos donde está en juego más que orgullo o tres puntos.

Ahora la misión rayada se enfocará en la aduana del Morelia, Semifinal que puede compensar un torneo deplorable en la Liga, y que parece confortar un poco a la afición albiazul.

Tigres se había parado en la cancha en plan dominador, seguro, determinado, firme, y exhibió a unos albiazules demasiado improvisados, que no lograban hilvanar pases.

Sin Seleccionados en ninguno de los bandos, los felinos parecieron amos y señores del primer tiempo, al grado de escribir un 2-0 que parecía matar a los de casa.

Era el minuto 35 cuando luego de merodear el área sin atinar a la meta, Danilihno desbordó por derecha y metió un centro al manchón penal donde Emanuel Villa pateó de primera, para estremecer las redes y poner el 1-0 que gritaron cerca de 5 mil felinos divididos en dos tribunas del Tec.

Monterrey no tenía ni para reaccionar tímidamente. Sólo un tiro de Cardozo al 17′ había puesto peligro en la meta universitaria, fallando el argentino cuando estaba solo. Pero de ahí en fuera la fiesta estuvo en la meta contraria.

Al 37′ Villa tenía el segundo en una réplica del primero, pero machucó el esférico y el portero capturó. La presión era mucha y al 44’ Pulido bajó una pelota en el área, giró y encaró a Darvin y Osorio para provocar el penalti,falta que no dudó en marcar el árbitro Fernando Guerrero.

Un minuto después, Juninho capitalizó el 2-0 con un disparo potente de pierna derecha, que venció el lance de Juan de Dios Ibarra a su mano diestra y que puso a soñar a muchos con la hombrada auri.

El partido parecía sentenciado, no sólo por la diferencia en el marcador, sino por el abismo futbolístico. Como reflejo, en la tribuna predominaban festivos los cánticos visitantes.

Pero Tigres daría en el segundo tiempo un recordatorio de por qué es el sitio 10 en la Liga, y poco a poco replegó buscando contener, dejando vivir a un rival que estaba agonizante.

La única que tuvo Tigres para el 3-0 fue al 60’, cuando Pulido condujo y abrió para Danilinho, quien metió un centro exacto a Villa, quien esta vez perdonó frente a Ibarra, en la jugada que parecía liquidar.

Rayados aprovechó para ingresar a César Delgado y Luis Madrigal por Gael Acosta y Gerardo Moreno, y el partido cambió.

Al 64’ Suazo metió un balón frontal que no llevaba gran cosa, pero Rivas y Juninho fallaron por alto, la pelota botó y sorprendió al ‘Gringo’ Torres, y de atrás ‘Chelito’ llegó para fusilar al ‘Matute’ en el área chica, en el tanto que acortaba distancias y hacía lo que parecía imposible.

Monterrey se volvió dueño de la pelota, y al 77’ estuvo cerca del empate en una media vuelta de Suazo que se fue apenas a un lado del poste cuando Tigres estaba mal parado.

Ferretti quiso corregir sacando a Emanuel Villa para poner a Beto Acosta, y luego quitando a Gerardo Lugo para mandar como tercer central a Alonso Zamora.

Rayados se volvió una lluvia de balones al área, y al 92’ Cardozo puso un centro largo que Madrigal cabeceó intentando bajarlo, pero el esférico fue acechado en el camino por Suazo, movimiento suficiente para jalar la marca y distraer al arquero, provocando que la pelota se anidara sin que nadie la tocara. Era el 2-2 de Madrigal, y el tanto que hacía recordar las grandes hazañas rayadas de último minuto.

La mancha amarilla enmudeció. El estadio se volvió una locura, y en medio del festejo y una extraña expulsión para César Delgado, el tiempo se agotó y se decretó la definición desde el manchón.

Suazo anotó para Rayados; Ibarra le atajó al ‘Gringo’ Torres; Madrigal puso el segundo; Jesús Dueñas inauguró para Tigres; López amplió a 3-1; Rivas mantuvo la esperanza con el 3-2; Efraín Juárez puso el cuarto; y al final Viniegra puso el balón en el travesaño, acabando la historia y dejando la marca de cliente a su plantel.

Las preguntas expondrán si fue merecido, si Monterrey tiene para llegar más lejos, si Tigres tiene más culpa, si ‘Tuca’ paga un karma y hasta si los fantasmas hicieron lo suyo en la portería sur.

Lo cierto es que en una noche de cuestionable futbol rayado, y un baile felino que duró solo 60 minutos, Monterrey brindó por su Clásica tradición.

[MEDIOTIEMPO]