Si la vida se midiera en saltos, Luis Rivera no sería uno de 8.46m. El atleta que puso a México en la geografía del salto de longitud, adelantó que su carrera deportiva tiene más arena que esa distancia y sin sacudirse el trabajo, asume una de las estafetas de líder en el ciclo olímpico de Río de Janeiro 2016.

En tierra donde el compromiso deportivo muchas veces es huérfano de apellido, Luis Rivera pone su nombre y acentúa las sílabas donde el deporte mexicano tartamudea.

«Son muchas opciones las que hay para tener mayor formación de deportistas. No hay una situación en específico. Yo creo que se necesita una planificación mayor a nivel nacional, que exista una verdadera detección de talentos a los cuales se les acompañe y se desarrolle desde chicos». Y aunque el diagnóstico de Rivera en apariencia puede sonar corto de expectativas, el medallista de bronce en el campeonato Mundial de Atletismo de 2013 y campeón de la pasada Universiada de Kazán, sostuvo que tiene que entenderse que el deportista mexicano alcanza su máximo esplendor a una edad madura.

«Las autoridades deben ser pacientes, saber que es una realidad de que el deportista mexicano se desarrolla a una edad mucho más madura. Yo tengo 26 años y siento que apenas estoy dando lo mejor de mí».

Ese «mejor de mí» conlleva continuar en su entrenamiento día con día y contagiar de éxito a las generaciones venideras.

«No necesito un reconocimiento para cambiar mi mentalidad o mi comportamiento. Primero que nada es un compromiso contigo mismo: saber qué está bien, saber qué está mal y saber lo que quieres y trabajar por ello. Es lo que yo he hecho y si eso le sirve a las generaciones que vienen abajo como un modelo de vida , pues me siento muy orgulloso de ello», asegura.

La faceta de líder ha acompañado al sonorense desde su infancia, por eso no es raro que tanto en el aspecto deportivo como laboral, Luis Rivera prepondere el liderazgo.

«Yo me siento muy identificado con la gente del Tec de Monterrey [donde estudió su carrera y ahora cursa estudios superiores], que le gusta ser líder y que está comprometida en todos los aspectos. Es algo en lo que yo creo, y por eso sentirse identificado con un grupo te ayuda con el aspecto personal; hay un balance en la vida, me motiva mucho ver jóvenes que se están preparando y que yo sea su aliciente».

En esta preparación, Luis Rivera es consciente de sus alcances para este año, en los que descarta que para los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Veracruz se encuentre en su tope de forma y rendimiento.

«Mi pico no será en los Centroamericanos. No podemos estar al máximo en noviembre, casi llegando a diciembre, y esperar que en los Panamericanos de 2015 tengamos otro pico. No es que uno no quiera, pero no se puede estar 11 meses al más alto nivel. Yo sigo el plan de mi entrenador», matiza el atleta.

En palabras de Rivera, 2014 es fundamental para sembrar la semilla que dé fruto en Río de Janeiro, por lo que tomará parte de la mayor cantidad de competencias de la Liga Diamante.

«Sí, 2014 es crucial. Ya que es bastante largo, desde enero cuando comencé la temporada bajo techo hasta noviembre que es el Centroamericano. Te repito que hay que ser muy consciente e inteligente de cómo se debe trabajar, ya que en 2015 hay Mundial, competencias como Panamericanos, las cuales van a estar complicadas; hay que ser conscientes de que no podemos mantener el cuerpo a tope 11 meses. Ahorita, después del Mundial bajo techo, estamos en una etapa de descenso.

«En junio o julio, espero otro pico, por eso quiero participar en la mayor cantidad de pruebas de la Liga Diamante, pues ahí compites con el nivel que te encontrarás en un Mundial o Juego Olímpicos», finaliza.

[Central Deportiva]