Arranca figuración aérea por pulgón amarillo

Matamoros, Tamaulipas. – Campesinos de Matamoros iniciaron a aplicar los agroquímicos en la planta de sorgo para evitar que la plaga del pulgón amarillo les afecte en su producción. Por lo que desde este fin de semana algunos agricultores ya iniciaron con las fumigaciones aéreas al poniente de la localidad.

Raúl Gómez Sauceda quien sembró su sorgo en el  ejido del Mogote de Santiago, afirmó que de la noche a la mañana todas sus plantas estaban saturadas de esta plaga que llego a la localidad, por lo que tomó la decisión de fumigar con algunos agroquímicos que se les recomendó.

avioneta

“La semana anterior lleve a cabo el riego de auxilio, hasta ahí todo estaba bien, pero a los dos días regreso y resulta que ya estaba invadida la planta de pulgón amarillo, por lo que tuve que realizar una fumigación aérea de las 10 hectáreas que tengo sembradas de sorgo”, dijo.

Resaltó que es sorprendente como este insecto afecta de tal manera, pero sobre todo, que aparezca de manera inmediata en todos los sembradíos, lo que implica un riesgo para la cosecha.

Explicó que en la etapa del sorgo en donde espiga, es en donde existe el mayor de los riesgos para la presencia de este pulgón, tomando en cuenta que produce cierta azúcar y como consecuencia este insecto es lo que busca y como consecuencia afecta directamente a la planta.

Destacó que en estos momentos hay que tener paciencia, los compañeros deben de utilizar ya los métodos que se han recomendado por los campos experimentales, con la finalidad de evitar que haya una afectación al final al momento de levantar la cosecha.

Comentó que en estos momentos no se puede definir si existe o no una afectación, ya nos vamos a dar cuenta hasta que se inicie con la recolección de la cosecha.

Gómez Sauceda indicó que en tanto se requiere apoyo por parte de los tres niveles de gobierno para hacer frente a este mal que esta asechando a nuestras cosechas, sobre todo, fumigaciones emergentes para evitar que haya una seria afectación en el sorgo.

Por: Miguel Jiménez