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Mientras que por un lado, decenas de miles de usuarios morosos de Matamoros se niegan a pagar sus recibos de agua, poniendo en aprietos la operatividad de la Junta de Aguas y Drenaje (JAD), por otro lado, los chatarreros han comenzado a robar las tapas de alcantarillas y rejillas del drenaje para venderlos por kilo a las recicladoras, desconociéndose hasta este momento a cuantos millones de pesos haciende el daño recibido por el organismo. Gerardo Guerra Astudillo Gerente General de la JAD aceptó que ambos temas, no solo le preocupan a él y al alcalde Alfonso Sánchez Garza, sino que se han convertido en una preocupación para el gobierno estatal que actualmente esta fiscalizando la operatividad y finanzas de la JAD.

Primero sentenció que el tema de los usuarios morosos, es un rezago de años, pero además sostuvo que es incomprensible que un porcentaje menor de estos morosos se hayan acercado a solventar su situación ahora que el gobierno estatal les está ayudando a pagar su deuda.

“De los 54 mil deudores de Matamoros, solo se han acercado 16 mil para aprovechar el programa de subsidio, mismo que dio inicio en el mes de mayo y no va a perdurar para el año próximo; Esta es la única vez que vamos a tener este programa y deberían de apegarse al subsidio, porque además daré instrucciones de iniciar con los cortes a los morosos, sin distingos”, urgió.

En otro orden de ideas aseveró que el robo de tapas y alcantarillas, se ha convertido en una constante y una preocupación.

“Por eso queremos sentarnos con los chatarreros y pedirles que ya no las compren; Mira, ayer muy temprano, estaba yo hablando con mi presidente municipal Alfonso Sánchez Garza y le preguntaba yo si era factible que nos juntemos con los fierreros, o con las empresas grandes que compran metales para reciclaje, para que los grandes compradores puedan instruir a sus empleados para que no compren lo que son las rejillas pluviales, las tapas de los pozos de visita o tapas de alcantarilla y el cable”, expresó de manera textual y en tono de preocupación

En ese sentido reconoció que lograr que se evite la compra-venta de estos materiales es algo complicado, pero de no intentarse, el municipio y la Junta de aguas deberán absorber el alto costo de las tapas hasta y finalmente eso se traduce en un daño para la sociedad.

“Entonces les vamos a decir que hagamos equipo, y que no compren nuestras tapas para que no siga habiendo mercado para las gentes que se dedican a este tipo de ilícitos”, concluyó.

 Por: Enrique Chávez