Un momento que debía suceder en paz y que terminó en «guerra». El problema se desató tras incinerar sus restos
Legendaria, inspiradora, bella por donde se la mire… Chavela Vargas dejó el mundo y trascendió como pocas. Su muerte desató la pena mundial y generó varios homenajes alrededor del globo. El más grande tuvo lugar en México donde el pueblo despidió a su «Chamana».
La cantante murió el domingo y su cuerpo fue cremado ayer. Se suponía que los restos se iban a tirar en un cerro en Tepoztlán. Pero su sobrina se presentó en el lugar con abogados y un equipo. La chica se llama Gisela Ávila Vargas y exige que se cumplan los últimos deseos de Chavela.
Ante la prensa Gisela leyó un comunicado donde deja en claro que luchará por los restos de su tía que están en manos de gente de su entorno. Es que Chavela quería que sus cenizas se esparcieran en el mar y no en la tierra.
Por su parte, la amiga de Chavela María Cortina, le explicó a la agencia de noticias Efe que Vargas quería que sus cenizas fueran esparcidas en el cerro Chalchi, en el poblado mexicano de Tepoztlán, y en la comunidad de los indígenas huicholes. Esta compositora dijo, sin embargo, que no peleará con los familiares.
«Si realmente son familiares y quieren una parte de las cenizas, no tengo ningún problema, Chavela no lo quería así, pero estoy convencida de que lo más importante para ella es que no hubiera problemas«, explicó Cortina.
Además Cortina aseguró que Chavela no dejó bienes o derechos por sus discos ya que la cantante los perdió por un «mal contrato». Para finalizar aclaró que La Llorona sí dejó: «su dignidad, su legado, su canto, su libertad y yo estoy dispuesta a lo que sea para que no se arruine esta imagen».
[Los andres]