Advierten que el humo del cigarrillo emitido por fumadores, puede tener consecuencias trágicas en sus mascotas; muchos perros mueren de cáncer cada año debido al hábito de sus amos
Hace diez años que «Tigger», el amado perro de Shirley Worthington, comenzó a sufrir sangrados de hocico, por lo que decidió llevarlo con un veterinario.
Tristemente, el veterinario comunicó a Shirley que el perrito tenía cáncer de pulmón derivado del humo de cigarro que aspiraba en casa.Shirley era adicta al cigarro y no pudo abandonar su hábito hasta después de la muerte de su querida mascota.
Según estudios de la Escuela de Medicina Veterinaria en la Universidad Tufts en Massachusetts y laUniversidad Estatal de Colorado, entre otras instituciones, el «humo de segunda mano» puede causar cáncer pulmonar y nasal en los perros, linfoma maligno en los gatos y alergias, entre otros problemas respiratorios, en ambos animales.
Aunque no se ha determinado un número estimado de mascotas que mueren anualmente a causa del tabaquismo de sus amos, veterinarios como Kerri Marshall, directora de veterinaria de Trupanion, empresa de seguros para mascotas, advierte que fumar cerca de los animales domésticos y exponerlos a un ambiente de fumadores sociales, es casi como condenarlos a muerte o mínimo causarle varios problemas de salud.
Por su parte, Shirley, quien tiene 52 años de edad y reside en Brooklyn, Nueva York, confesó que fumaba mucho mientras tuvo bajo su cuidado a Tigger, quien murió en 2004 a la edad de 8 años. Tras su muerte, Shirley, su madre y hermana, dejaron de fumar en honor a la mascota fallecida.
Después, en 2007, la madre de Shirley, como el perro, murió de cáncer.
«El cigarrillo se llevó a mi madre. Y a mi perro», lamenta Shirley.
Tanto la Sociedad Estadounidense para la Prevención de la Crueldad con los Animales, como otras organizaciones civiles, han advertido que el «humo de segunda mano» emitido por los fumadores afecta no sólo a las personas que no fuman, también a los animales, en especial a las mascotas que viven con fumadores. Según indican, los gatos son aún más susceptibles que los perros ante el humo del tabaco.
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